viernes, 17 de marzo de 2023

PREPARACION DEL AGUA PARA SU CONSUMO


Para evitar todas las posibles enfermedades  que aumentan la gravedad de la situación, se debe tratar el agua de tal manera que permita su consumo sin ningún temor.

Hay ciertos indicios que pueden facilitar la detección de posibles aguas contaminadas, como son: 

— Agua con burbujas, espuma y/o fuerte olor. 

— Agua tintada o turbia con sedimentos. 

— Agua estancada. 

— La ausencia de vegetación fresca en los alrededores próximos. 

— Caso de que su consumo produzca molestias gástricas. 

Conviene matizar que éstos son indicios evidentes, pero existen otras aguas de apariencia sana, sin olores, sin sabor, etc., y que, sin embargo, están contaminadas, y otras que, conteniendo estos indicios, no lo están. De todas maneras, ante cualquier duda, se debe someter el líquido a tratamiento antes de su consumo. 

Los procedimientos que permiten preparar el agua dudosa antes de beberla son los siguientes: 

— Clarificación. 

— Purificación. 

— Desalinización. 

— Clarificación: consiste en eliminar del agua las partículas sólidas que lleva en suspensión; se puede llevar a cabo por los siguientes procedimientos: 

• Filtros: Industriales, diseñados para purificar una determinada cantidad de agua. Se utilizan según instrucciones del fabricante. 

• De circunstancias: Pozo indio. Seleccionado el lugar adecuado por su limpieza y próximo a una charca, se hace un agujero de 50 cm de diámetro y profundidad. Desde el momento en que su profundidad esté por debajo del nivel de las aguas, empezarán las filtraciones. Para aumentar éstas, se puede drenar, mediante perforaciones laterales en las paredes del hoyo. 

El agua estará turbia, por lo que, a medida que aparece, se deberá ir sacando, dejándola sedimentar en recipientes y tratándola para beber. También se puede dejar reposar en el mismo hoyo, recogiéndola por la parte superior con cuidado de no revolverla. En el fondo quedará el sedimento. Con telas o prendas limpias, simplemente, haciendo pasar el agua desde una a varias capas.

Con piedras, grava, gravilla, arena y carbón. El orden de colocación será de la más gruesa a la más fina, terminando en el carbón. 

Hay que evitar los siguientes errores: 

— Que los estratos sean muy delgados. 

— Que los estratos estén muy apretados (no correrá el agua). 

— Que la arena se escape por la salida del agua. El carbón (no ceniza) permitirá evitar malos olores, además de partículas sólidas. 

• Decantación. 

Se deja el agua turbia en un recipiente durante doce horas o más. Cuando las partículas estén depositadas en el fondo, se coloca un trapo limpio, a modo de mecha, en contacto con el agua clara, de manera que sobresaliendo del recipiente gotee por el efecto sifón a otro colocado debajo.

—Purificación. 

Esta acción permite potabilizar el agua; puede ser realizada por una gran variedad de procedimientos:

• Hervido. 

Es el método más simple y eficaz, aunque no siempre podrá ser utilizado; destruye las bacterias contenidas en el agua contaminada. Para garantizar la pureza del agua hay que hervirla, por lo menos, durante diez minutos. 

Podemos recoger agua, mediante su hervido con piedras calientes. No se deben emplear piedras de río ni las cristalinas (pedernal y obsidianas), por la posibilidad de que explosionen al cambio brusco de temperatura. 

En otro procedimiento las piedras calientes son arrojadas a una charca, cubierta con una tela, en forma de paracaídas. El agua se recoge en recipientes, tal como se indica. 

• Destilación por medio del fuego. 

Requiere disponer de una serie de elementos de dificil obtención. 

También se puede emplear el "destilador solar", ya descrito anteriormente, introduciendo en el fondo del agujero otro recipiente con el agua contaminada o regando con ésta las paredes del hoyo por debajo del plástico. 

• Purificación química. 

Puede realizarse mediante los siguientes procedimientos: 

• Pastillas potabilizadoras. 

Se deben utilizar siguiendo las instrucciones del laboratorio. 

• Yodo. 

Ocho gotas en un litro de agua; hay que esperar unos diez minutos.

• Trapos limpios.
 
• Lejía normal. 

Una gota por litro de agua; hay que esperar una hora. El agua sabe a lejía. 

— Desalinización. 

Consiste en eliminar o reducir el contenido de sal en el agua; se puede llevar a cabo por los siguientes procedimientos:

• Desalinizadores industriales. 

Permiten beber agua directamente a través de ellos. Su uso es limitado en duración, dependiendo de las cantidades desalinizadas, obturándose cuando se agotan. Caso de poseerlos se deben reservar para cuando no haya posibilidad de emplear un procedimiento de circunstancias. 

• Destilador solar, descrito anteriormente. 

• Decantación, descrita anteriormente. 

• Pozo indio, descrito anteriormente.

SALES MINERALES

Las sales minerales son necesarias a todo organismo, pues no hay célula que carezca de ellas. El organismo humano se provee de las sales minerales por el agua y los alimentos. 

El agua contiene habitualmente cantidades notables de calcio y magnesio, así como potasio, hierro, cloro, etc. 

Las plantas consumidas como alimento proporcionan más sustancias minerales que los productos de origen animal; los frutos y las harinas son mucho más ricos en calcio, fósforo y magnesio que la carne. 

Con los alimentos recibe el organismo humano la casi totalidad de los elementos minerales que precisa, exceptuando el cloruro sódico, que debe añadirse a la ración. La necesidad de éste es imperiosa, por ser la base insustituible de los líquidos extracelulares, plasma sanguíneo, etc. 

Sin embargo, el organismo puede resistir largos períodos de consumo de dietas pobres o exentas de sal antes de presentar signos carenciales. 

La alimentación casi sólo vegetariana aumenta las necesidades de cloruro sódico, para neutralizar el exceso de potasio contenido en los vegetales. 

La sal se elimina principalmente por la orina y el sudor, siendo necesaria una cantidad aproximada de 0,1 g por kilogramo de peso y día de sal para reponerla. 

Cuando se realicen esfuerzos extraordinarios, se intensifica la eliminación de sal; si el individuo bebe agua en abundancia, se diluyen los líquidos orgánicos, apareciendo trastornos de cierta gravedad, como el calambre térmico, los cuales no se presentan si el agua lleva en disolución cierta cantidad de sal. 

De todas formas, sólo deberá añadirse sal al agua en casos en que el calor sea muy fuerte y los individuos tengan libre acceso a la misma mientras estén trabajando, pues sería grave error añadir sal si las disponibilidades de agua son pequeñas. Es aconsejable que en el equipo de supervivencia se lleve algo de sal, no sólo por lo beneficiosa que resulta para el organismo, sino también para dar un poco de sabor a la comida durante los primeros días.

Con agua de mar se puede obtener sal por evaporación, bien por el sol o con ayuda del fuego. 

Un ejemplo de bebida para reponer líquido podría ser: 

— Un litro de agua. 
— 20 g de azúcar. 
— 3,5 g de sal (una cucharilla colmada). 
— Jugo de limón, naranja, etc., a discreción.



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