domingo, 26 de marzo de 2023

PRECACUCIONES CON RAYOS, RELÁMPAGOS, TRUENOS Y TORMENTAS


METEOROS ELECTRICOS

Los rayos y las tormentas son meteoros eléctricos en los que se manifiesta sensiblemente la electricidad atmosférica. Será muy bueno que tengas unos conceptos básicos de ellos en tu lucha por la supervivencia.

Resulta indudable que nos movemos dentro de un campo eléctrico, en el cual habrá de ser considerada la electricidad de la superficie terrestre y la del aire. 

De todos es conocido que la Tierra se comporta como buena conductora de la electricidad y que se halla dotada permanentemente de carga negativa. Por lo que respecta al aire, sabemos también que está ionizado, es decir, que encierra un cierto número de iones, tanto positivos como negativos, que determinan, trás un largo e ininterrumpido proceso, las cargas libres, positivas o negativas, que contiene la atmósfera. Consecuencia de la carga negativa de la superficie terrestre es que toda carga positiva del aire sea atraída hacia abajo, y que toda carga negativa sea repelida hacia la altura.

Rayo, relámpago y trueno. 

La tensión o diferencia de potencial entre dos polos de signo contrario puede ser muy grande y sería tanto mayor cuanto menor sea la distancia que los separe. Cuando dicha tensión es suficientemente elevada y capaz de vencer la resistencia del aire, se produce una descarga disruptiva o chispa eléctrica. 

En la atmósfera, la descarga puede ocurrir entre dos partes de una misma nube, entre nubes distintas o entre una nube y la tierra; en casos determinados puede saltar también de tierra a nube. 

Estas descargas de la electricidad atmosférica son extraordinariamente potentes, pues su diferencia de potencial puede alcanzar varios millones de voltios, con intensidad de corriente de bastantes miles de amperios. En cambio, la duración de la descarga es sólo de milésimas de segundo. 

El rayo es el efecto inmediato de la descarga, y las más de las veces está compuesto por tres o cuatro (o más) descargas sucesivas. La luz vivísima que despide y su brillante resplandor reciben el nombre de relámpago, siendo el trueno el ruido inconfundible que sigue al chasquido de la chispa y que se prolonga por los ecos que se producen al reflejarse el sonido en las nubes y en las montañas. 

En ocasiones, no se ve la chispa eléctrica, y otras sólo se observan resplandores difusos, a causa de la interposición de otras nubes. Los llamados "relámpagos de calor" son resplandores que se ven en el horizonte lejano, tratándose de relámpagos producidos en sitios tan apartados que no se vislumbra la nube causante de la tormenta. 

De sobra son conocidos los efectos mortíferos y destructores del rayo, la peligrosidad que supone colocarse en lugares elevados o salientes y las precauciones elementales que deben ser observadas ante las tormentas. 

En realidad, el rayo, el relámpago y el trueno se producen simultáneamente, pero como la velocidad de la luz (300.000 cm/seg) se puede considerar infinita comparada con la del sonido, se puede calcular fácilmente la distancia a que, del observador, se ha producido la descarga eléctrica. Para ello basta con multiplicar por 340 (velocidad del sonido en metros por segundo) el número de segundos transcurridos entre la visión del rayo y la escucha del trueno.

El Fuego de San Telmo es otro fenómeno de descarga eléctrica que se produce entre las nubes y la tierra. Se observa especialmente en las montañas, después de las tormentas, cuando las nubes han pasado rozando las cumbres. Entonces se notan como unas llamitas azuladas y brillantes, con ruido de chisporroteo, que salen de objetos terminados en punta, e incluso de la punta de los dedos.

LAS TORMENTAS

Son perturbaciones mixtas, y, sin duda, las más violentas, peligrosas y temibles que normalmente se registran en la atmósfera, toda vez que la energía total desencadenada por una tormenta es superior a la que es capaz de producir la bomba atómica. 

Los fenómenos eléctricos son los que le dan carácter, hasta tal punto que, por convenio internacional, para que haya tormenta se ha de ver el rayo o escucharse el trueno. 

El origen de las tormentas es siempre una situación atmosférica inestable originada por fuertes corrientes ascendentes de aire. El único género de nubes que puede producir tormentas es el cumulonimbos, si bien puede haber cumulonimbos sin tormenta.

Clases de tormentas:

Distinguiremos dos grandes grupos de tormentas: 

— Tormentas frontales o de frente frío. Se les llama también "ciclónicas" o "borrascosas", y van asociadas al paso de un frente frío. El empuje del frente frío sobre la masa de aire caliente contra la que avanza provoca violentas corrientes ascensionales e inestabilidad atmosférica. Son propias del otoño, del invierno y de principios de la primavera. 

— Tormentas de calor. Se engendran por el gran calentamiento de las regiones húmedas. Por lo general, estas tormentas son más potentes que las anteriores, presentándose con mayor frecuencia al final de la primavera y durante el verano.

Desarrollo de una tormenta

El desarrollo de una tormenta puede dividirse en tres fases: 

— Fase de acumulación. Se inicia con la aparición de cirros en el cielo. Luego, las corrientes ascendentes desarrollan cúmulos que crecen y se van acumulando verticalmente hasta convertirse en cumulonimbos, a una altura aproximada de 8.000 metros.

— Fase de madurez. Comienza cuando la nube alcanza altura suficiente para que se produzca la precipitación. Entonces, la lluvia que cae y los cristales de hielo que se forman enfrían el aire, produciéndose fuertes corrientes descendentes. El viento se vuelve impetuoso y en la parte anterior de la tormenta se producen tolvaneras. Se ven álgunos relámpagos y se oyen los primeros truenos.

— Fase final. La tormenta descarga con fuertes aguaceros, o con granizo o pedrisco, y con acompañamiento de aparato eléctrico. Esta fase, también llamada "de disipación", tiene una duración variable, aunque suele ser muy breve.




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