domingo, 19 de marzo de 2023

NECESIDAD Y MODOS DE HACER FUEGO EN LA SUPERVIVENCIA


Si bien no tiene el alcance e importancia que presenta el agua, el fuego también es necesario para que sea posible prolongar la supervivencia; será un recurso más para mejorar y aumentar las condiciones de vida, convirtiéndose en indispensable en algunas ocasiones. Hay muchos modos de conseguirlo, te expongo varias de ellas para que seas tu quién elija la que más convega a tus circunstancias.

A través de él se conseguirá: 

— Cocinar. 

— Calentarse y secar la ropa. 

— Purificar el agua. 

— Señalizar una zona. 

— Ahuyentar animales peligrosos. 

— Alejar insectos. 

— Conservar alimentos. 

  Alumbrar.

PREPARACION DEL LUGAR 
PARA HACER FUEGO: 

— Elegir un sitio resguardado del viento y próximo al refugio. 

— Limpiarlo de ramas, hojas, musgo, etc., para que el fuego no se propague. 

— Si la zona está nevada o mojada, construir una plataforma con piedras o troncos, que sirva de aislante. 

— Si hay que encender el fuego con lluvia, o hay amenaza de ésta, preparar una techumbre encima de la fogata, con la suficiente altura para que las llamas no la alcancen. 

— Si la tierra está seca y dura, removerla para facilitar la circulación del aire por la base del fuego.

ELEMENTOS NECESARIOS PARA HACER FUEGO 

Medios de encendido: 

— Cerillas. 

— Encendedores o mecheros.

— Lente convexa. 

Una lente convexa de unas gafas, prismáticos, linterna, mira telescópica y hasta el fondo de un vaso o botella pueden servir para concentrar los rayos del sol sobre yesca, pólvora, etc., e iniciar el fuego. 

También con dos cristales, aproximadamente iguales, de reloj, y entre ellos una cantidad de agua que rellene el vacío existente, puede proporcionarse una concentración solar para también iniciar el fuego. 

— Pedernal. El machete, el cuchillo, etc., pueden utilizarse para golpear cualquier piedra dura o pedernal y producir chispas que enciendan la yesca. Debe golpearse hacia abajo, dirigiendo las chispas hacia la yesca.

 Cartuchos de las pistolas de señales. Pueden utilizarse para iniciar el fuego, procediendo de la siguiente forma: 

• Abrir el cartucho sacando el artificio, tirando la borra y los cartones. 

• Dejar en su lugar la pólvora, sujetándola con un pequeño taco de papel, cartón, hierba, etc. 

• Poner el artificio o parte del cohete luminoso debajo de la yesca del fogón con la base negruzca (pólvora fina) descubierta y dirigida hacia arriba). 

• Introducir el cartucho en la pistola y disparar contra el cohete, con la boca de la pistola a unos cinco centímetros de aquél. 

 Cartuchos de fusil o pistola. Se debe proceder de la siguiente forma: 

• Quitar la bala y la mitad de la pólvora, tapando el cartucho con papel. 

• Echar en un montón sobre la yesca la pólvora extraída. 

— Bote de humo. Si no hay problema de localización se puede emplear el fuego de un bote de humo para prender la yesca, debiéndose tener en cuenta que el humo es tóxico. 

— Barra de magnesio o polvo de aluminio. Se añaden raspaduras de la barra de magnesio o polvo de aluminio a la yesca que se haya preparado, produciendo a continuación una chispa encima de las mismas.

 Cristal de permanganato potásico (se utiliza en los botiquines como antiséptico). Para hacer fuego se combina con azúcar y glicerina (anticongelante de los vehículos). La mezcla arderá espontáneamente. 

 Chispa eléctrica. Si se permanece junto a un vehículo, que disponga de batería con corriente, se conectan dos cables a los bornes de la batería; se acercan lentamente los extremos pelados de los dos cables hasta que salte una chispa entre ellos, que se procurará caiga sobre la yesca que, en este caso, puede ser un trozo de paño impregnado de gasolina, ya que el vapor de ésta se enciende con la chispa. Los dos cables se pueden sustituir por uno fino de mucha resistencia, que se pondrá incandescente al paso de la corriente. Caso de no contar con cables se pueden utilizar utensilios metálicos. La batería de coche se puede sustituir por una batería de radio o por pilas. 

— Frotamiento. Otra forma antigua y rudimentaria de iniciar el fuego la constituye el frotamiento de la madera por un cuerpo; existen tres procedimientos que requieren mucha técnica para lograr el punto de ignición: son los denominados de taladro, de arco y de cuerda. 

• Método del taladro. Es el más primitivo y dificil. Consiste en hacer rotar con las manos un palo introducido dentro de un agujero practicado en una madera. El agujero debe tener una ranura para que entre el aire y la yesca dispuesta en su interior (la ideal es un poco de pólvora). Tanto el palo como la madera deben estar perfectamente secos. 

• Método del arco. En este caso las manos son sustituidas por un arco rústico cuya cuerda rodea una vara de madera seca a la que hace girar a gran velocidad. Uno de los extremos de la vara debe frotar en una pequeña hendidura efectuada en una madera muy seca, mientras se hace presión sobre el otro con un trozo de madera ahuecada o un fondo de botella. El roce del extremo inferior de la vara produce un calentamiento que llega a inflamar la madera base. Colocando una yesca muy inflamable en contacto y soplando se logra producir la llama. Se facilitará el encendido vertiendo un poco de pólvora dentro del agujero.

• Método de la cuerda. Consiste en colocar una rama separada del suelo por un extremo, utilizando una piedra, se abre el extremo levantado, manteniéndolo abierto con una cuña; en la hendidura se coloca un puñado de yesca muy seca y se pasa una cuerda entre ésta y la madera, haciéndola deslizar en movimiento de vaivén hasta que el rozamiento produzca incandescencia.

Yescas

Materiales muy inflamables, que pueden ser de: 

— Origen animal: 

• Excrementos de algunos animales, muy secos (vaca, camello, caballo, etc.). 

• Pelos de algunos animales. 

• Plumas de pájaros (ideal la de los nidos). 

— Origen vegetal: 

• Hierba fina y seca. 

• Agujas de pinos, hojarasca seca. 

• Virutas o serrín, madera podrida, o atacada por la carcoma, muy seca. 

• Algunos tipos de cardos, como el yesquero. 

• Algodón. 

— Origen artificial: 

• Papel. 

• Mechas. 

• Pólvora y explosivos no detonantes al calor. 

• Pastillas para encender fuego. 

• Alcohol sólido o líquido. 

• Gasóleos, gasolinas, etc.

Combustibles

Se considera combustible cualquier cosa que arda. 

Pueden ser: 

— Activadores (astillas, cortezas de árboles, arbustos secos, grasas y aceites, cartones, etc.). 
— Mantenedores (leña o carbón).

PREPARACION DE LA FOGATA

La estructura básica del fuego es muy importante para facilitar el encendido, recordando siempre que el fuego, por consumir oxígeno, necesita aire.

Se debe iniciar improvisando un "nido" con yesca, alrededor del cual se dispondrá leña menuda y muy seca en forma de cono, o bien apoyada sobre una estructura hecha con ramas verdes, clavadas en el suelo, como si se tratara de construir una cabaña en miniatura. 

Antes de iniciar el encendido hay que asegurarse de que se tiene a mano todo lo necesario (puede que sólo se tenga una oportunidad). 

Al principio se va añadiendo leña pequeña a  medida que el fuego se va dando, luego maderas blandas (pino, abeto, etc.) que se queman rápidamente y, por último, maderas duras (roble, haya, etc.), para mantener el fuego. Para que aguante toda la noche se deben mezclar maderas verdes con secas.

CLASES DE FUEGO

Según el uso que se le vaya a dar, el fuego deberá reunir unas características.

El fuego debe protegerse, con el fin de: 

— Conseguir un ahorro de combustible. 

— Evitar que el viento se lleve las brasas, con peligro de incendio. 

— Dirigir el calor en la dirección deseada. Esta protección debe realizarse con piedras, troncos húmedos o verdes, tepes, etc. Para mantener el fuego durante la noche debe cubrirse con cenizas. 

El fuego puede tener cuatro usos principales: calentar, cocinar, señalizar, iluminar.

Fuegos para calentarse.

Para calentarse se recomienda no hacer fuegos grandes; en caso necesario es mejor varios pequeños situados en círculo. 

Se puede subsistir, con poco abrigo, una noche, con temperaturas muy bajas; para ello, se buscará un tronco o un piedra que permita sentarse de espaldas al viento; con las vestiduras desabrochadas, encender entre los pies una pequeña fogata fogata, el calor asciende por el interior de los vestidos. 

Otro procedimiento es hacer una fogata (teniendo en cuenta el viento dominante para evitar que el fuego se incline hacia los que descansan), y detrás de ésta levantar un reflector de troncos o ramas, de aproximadamente, un metro de altura. 

Otro fuego que se puede emplear es la "pira finlandesa", hecha con rollizos resinosos, de 30 a 35 cm, en cuyas caras internas se han hecho unas entalladuras con hacha; se enciende por medio de ramas secas prendidas entre los rollizos; donde parezca que se va a apagar se hacen unos cortes.

En el interior de los refugios, el fuego que más se suele emplear es el denominado fuego polinésico; se excava en el suelo un hoyo cilíndrico de unos 35 cm de diámetro y profundidad, en el sitio en que no se vaya a reposar directamente, y se recubre de piedras; se enciende el fuego dentro, y cuando sólo quedan las brasas se recubren con una capa de piedras del tamaño del puño. También se puede emplear para cocinar. 

Asimismo se pueden usar como fuente de calor, piedras calentadas previamente en una hoguera. Cuando se cuente con carbón vegetal, se puede emplear en braseros, que se improvisan con latas. En el caso de contar con petróleo, se puede fabricar una estufa metiendo arena en un bote, echando un poco de petróleo y encendiendo. 

Cuando se cuente con una lata grande, se puede improvisar una estufa, que también sirve para cocinar. Un alcohosol, o una vela, sirven para caldear el interior de una tienda o iglú.

Fuegos para cocinar 

Deben ser pequeños y adecuados a las necesidades de su utilización. Siempre que se pueda se debe cocinar sobre brasas mejor que con llamas. 

Además de los fuegos indicados en el apartado anterior, y que también pueden servir para cocinar, los más empleados para este menester son: 

 Fuego de estrella. Formado por troncos gruesos de madera seca, dispuestos en estrella, levantados por algunas piedras o troncos, con leña menuda en el centro.

 Fuego en foso. Producen poco humo y el fuego queda resguardado de los vientos fuertes.

 Fuego invisible. Sistema que se utiliza cuando se quiere enmascarar el fuego y el humo. 

 Fuego de trinchera. Análogo al fuego en foso. La trinchera facilita la acción del viento sobre el fuego.

 Fuegos con reflectores. Se utilizan, tanto para preservarlos del viento como para aprovechar mejor el calor.

 Fuegos para señalizar. Cualquier fuego, de acuerdo con las circunstancias particulares de cada momento, expuestos en los dos apartados anteriores, y que permitan que pueda ser localizado, por medio de las llamas (de noche), o bien por el humo (de día). 

Cuando se empleen para señalizar una zona para un lanzamiento aéreo, da muy buen resultado un bote metálico, relleno de arena hasta su mitad, en la que se vierte un chorro de gasolina u otro combustible líquido.

 Fuegos para iluminar. La iluminación se puede conseguir mediante: 

— Antorchas. Se fabrican con maderas resinosas, especialmente de coníferas, o con maderas grasas, como pueden ser las varas florales de los asfódelos o gamones, etc.

— Candiles. Se pueden fabricar con una simple lata de sardinas, provista de mecha fabricada con un trozo de trapo de algodón. La lata se llena de aceite o grasa en sus tres cuartas partes, hundiendo la mecha en ella; ésta debe ser lo bastante larga para que dé un par de vueltas en la lata, sobresaliendo tres o cuatro centímetros. La tapa sirve como asa para no quemarse al moverla. Un inconveniente es el gasto de aceite. 

 Pequeñas fogatas. Cualquier fuego, de los expuestos en los apartados anteriores, de un tamaño reducido y de acuerdo con las características del refugio o espacio que se trate de iluminar, servirá para este fin.




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