sábado, 18 de marzo de 2023

CONSTRUYE TU REFUGIO PARA SOBREVIVIR


El reposo es tan necesario como el agua y la comida; por ello, para procurarse el descanso adecuado y librarse de la incomodidad del frío, del calor, de la lluvia, etc., es necesario disponer de un lugar confortable donde descansar, permanecer ocultos y recuperarse de enfermedades y lesiones. La elección del lugar y tipo de abrigo debe responder a las siguientes necesidades: 

Del lugar: 

• Oculto de las vistas de posibles enemigos. 

• Posibilidad de conseguir agua potable, comida y leña. 

• Alejado de lugares pantanosos. 

• Disponibilidad de material para su construcción. 

• Protegido de los peligros naturales, tales como inundaciones, desprendimientos, animales peligrosos o molestos, etc. 

• Comodidad del lugar; terreno llano. 

• En montaña, con preferencia en las caras S. y SE., por ser las más secas y soleadas. 

• Alejado de las cumbres (viento) y del fondo de los valles (humedad); las medias laderas son los lugares más apropiados. 

Del tipo: 

• Epoca del año. 

• Temperaturas diurnas y nocturnas.

• Posibilidad o no de lluvias. 

• Tiempo que se calcula que se va a permanecer en la zona. 

• Disponibilidad de material para su construcción. Las grutas o cuevas naturales son el mejor abrigo; generalmente deberán perfeccionarse, alisando y cubriendo el suelo con tierra y ramajes, cerrando las entradas con piedras, tepes o ramas. En lugares donde no exista vegetación apropiada, las condiciones climatológicas sean adversas o se prevea que la permanencia en la zona va a ser prolongada, pueden hacerse abrigos empleando piedras, adobes, troncos o tepes para elevar los muros, y lajas largas de pizarra para la cubierta. 

Cuando la extracción del material deje una huella en el suelo que pueda delatar nuestra presencia al enemigo (tepes, ramajes, etc.), se debe renunciar a él o extraerlo de lugares escondidos entre la vegetación y las rocas. La entrada al refugio debe orientarse en dirección contraria al viento dominante. Cuando no haya viento se orientará hacia el Sur. Deberá ser pequeña para facilitar su cierre. 

Si el terreno está en pendiente, el eje longitudinal del refugio debe coincidir con la dirección de la pendiente. La cabecera debe quedar en la parte más elevada. Antes de iniciar la construcción deben calcularse las medidas mínimas funcionales de acuerdo con el número de los que van a ocuparlo, teniendo en cuenta que cuanto más pequeño (contando siempre con un mínimo de comodidades y que el equipo pueda quedar resguardado en el interior), más fácil será calentarlo en tiempo frío. 

Cuanto más llueva, o amenace lluvia, o cuanto más pesado sea el material empleado en la techumbre, mayor deberá ser la inclinación de ésta. 

Cuando se vayan cubriendo las paredes debe empezarse siempre de abajo arriba. Lo mismo cuando el techo esté en pendiente, para que el agua discurra sin infiltrarse al interior. El material más apropiado para unir travesaños, asegurar ramajes, etc., es el alambre. Caso de no disponer del mismo ni de cuerda, se pueden emplear cuerdas de circunstancias. 

Cuando el poncho, o el plástico, no disponga de ojales para asegurarlo, se debe utilizar una piedra redondeada, o bien anudando los extremos directamente al armazón. Los refugios deben estar siempre rodeados por una zanja para canalizar el agua de lluvia.

TIPOS DE REFUGIOS

Con un larguero inclinado es sencillo y fácil hacer un refugio, apoyándolo sobre un bípode o trípode, sujetando los palos entre sí, bien por medio de horquillas o con alambre. El larguero se recubre con el poncho, o con plásticos, y si hay peligro de lluvias intensas se colocará doble techo, procurando que no se toquen. 

En el caso del bípode, los dos travesaños deben estar echados ligeramente hacia atrás para soportar mejor la tensión. Los extremos de los palos que sirvan de soporte deben estar enterrados.

Para que ofrezca más solidez se prepara un armazón, que, a su vez, se recubre con el poncho o ramas. El tronco de un árbol caído puede servir de travesaño quitando sus ramas inferiores. 

Si hay dificultades para encontrar largueros, y se dispone de un poncho o plástico cuadrado de unos dos metros de lado, se puede improvisar el refugio utilizando una cuerda y doblando el poncho.

Conviene excavar el suelo inclinado hacia el fondo, con lo que aumentamos ligeramente su capacidad. Las ramas de un árbol caído se pueden utilizar como soportes laterales, suprimiendo las que queden entre ellos y entorpezcan la entrada y permanen-cia en el interior. 

Las ramas bajas, sobre todo de algunas coníferas, pueden servir de soporte para el techo, principalmente si el árbol está cerca de un talud. 

Otro refugio elemental se puede improvisar con un poncho, o plástico, entre dos palos. También sobre un soporte de palos o aprovechando la rama baja de un árbol. 

Si no se dispone de ponchos, ni plásticos, se puede construir un armazón de palos y recubrirlo con ramas o tepes. Un tronco grueso caído puede servir de apoyo a un armazón. 

La capacidad del refugio se puede aumentar haciendo una excavación.

El poncho, o plástico, se puede colocar entre cuatro soportes de piedras, o aprovechando un muro.

Un círculo, o rectángulo, de piedras (con una abertura para la puerta), o bien una trinchera o zanja, cubiertos de ramas, tepes, poncho o plásticos, sirven como refugio, aunque teniendo en cuenta que, en el caso de la trinchera o zanja, se pueden inundar si llueve. 

El "intoo", es un tipo de refugio fácil de construir; basta con una rama transversal sujeta entre dos árboles, dos palos verticales, dos trípodes o dos soportes de piedras, en la que se apoya el armazón. Es conveniente encender un fuego delante de la entrada, con un reflector de troncos. 

Si hubiera que construir dos refugios conviene hacerlo enfrentados. 

El "tepee" es otro tipo de refugio que requiere palos de una longitud considerable, unidos por otros transversales. Se pueden apoyar contra el tronco de un árbol, o agrupados formando una tienda india, de la que recibe el nombre. 

Cuando el armazón se recubre con la tela de un paracaídas, se denomina "para-tepee" 

Cuando se presuma que se va a permanecer en la zona un tiempo considerable, y las condiciones atmosféricas sean adversas, hay que construir un refugio más espacioso y sólido que los anteriores, con lo que además de conseguir una mayor comodidad, el continuo perfeccionamiento del mismo permite ocupar las horas libres del día.

Cuando en la zona abunden los cañaverales, juncos, etc., se pueden fabricar haces, colocándolos entre dos hileras de estacas, y que sirven para formar las paredes y el techo. También se pueden entrelazar ramas flexibles entre las dos hileras de estacas, rellenando el espacio libre entre ambas con tierra.

Sobre una estructura sólida se pueden colocar tepes en forma de terraza. Las paredes, en este caso, deben estar inclinadas como en los refu-gios tipo "intoo".

Si se dispone de troncos se puede construir una cabaña. Las rendijas entre los troncos se deben rellenar con tierra. 

Cuando en la zona existan cuevas se deben utilizar por constituir un magnífico refugio, como ya se dijo. Si la entrada se tapa con un muro de piedras se debe dejar una abertura como puerta; también se pueden levantar dos muros, uno ligeramente retrasado respecto al otro, para permitir el acceso. En cualquier caso, se dejará un espacio libre en la parte superior del muro para que pueda salir el humo, si se enciende fuego en su interior.


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